La pupila es el orificio situado en la zona central del iris que actúa como diafragma.
Las pupilas fluctúan según la cantidad de luz que haya en el ambiente y su tamaño varía dependiendo de cada paciente. El diámetro promedio de las pupilas es de 3,5 mm. Por lo general, las pupilas de ambos ojos son iguales, aunque no son raras pequeñas diferencias entre ambas pupilas.
Se denomina miosis a la disminución del tamaño o contracción de la pupila del ojo y midriasis al aumento del diámetro o dilatación de la pupila.
Durante el examen de las pupilas se utiliza una fuente puntual de luz. Se evalúa el tamaño pupilar en distintas condiciones de luz y la rapidez de reacción e igual intensidad en ambos ojos.
Reactividad pupilar:
Reflejo fotomotor: al iluminar un ojo con una fuente de luz, en condiciones normales, se observará la contracción de la pupila del mismo.
Reflejo consensuado: Se valora al mismo tiempo el reflejo fotomotor, observando, en condiciones normales, la contracción de la pupila del ojo que no está iluminado.
Reflejo de conjugación de la mirada: valora la sincronía de ambos ojos durante el seguimiento de una luz en movimiento.
Reflejo de la acomodación: Se basa en la variación del tamaño pupilar ante la visión de un objeto cercano y, seguidamente, otro lejano.
La pupila puede cambiar de tamaño por acciones medicamentosas. Lo parasimpaticomiméticos y simpaticolíticos producen miosis pupilar. Los simpaticomiméticos y parasimpaticolíticos crean el efecto contrario: midriasis.
La anisocoria o asimetría en el tamaño pupilar no se considera anormal hasta 1mm. En el caso de que sea superior debe buscarse la causa que la provoca.